La villa de las telas está ambientada en la Alemania de principios del siglo XX, justo antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. La trama gira en torno a la vida de la familia Melzer, sus criados y su entorno social. A lo largo del relato se abordan temas como el amor, los secretos familiares y las normas sociales de la época. Uno de los miembros de la familia Melzer toma una decisión que, en aquel contexto histórico, habría sido duramente juzgada. Este episodio me recordó a Orgullo y prejuicio, y me pareció que existe cierto paralelismo entre este personaje y Lydia Bennet, sobre todo en lo que respecta a su rebeldía y a las consecuencias de sus actos.
Aunque no puedo decir que sea un libro que me haya encantado, sí me pareció entretenido. Hay partes que se desarrollan con lentitud y me costaron más, pero la historia de Marie consiguió engancharme. La autora tiene habilidad para cerrar los capítulos de forma que te deja con ganas de seguir leyendo, lo que ayuda mucho a mantener el interés a pesar del ritmo desigual.
La villa de las telas forma parte de una saga de seis libros. Sin embargo, no tengo intención de continuarla. El final de esta primera entrega me pareció lo suficientemente cerrado y no sentí la necesidad de saber más. Además, no llegué a conectar profundamente con ninguno de los personajes, lo que también influye en mi decisión de no seguir con la serie.
Leí este libro principalmente por curiosidad. Era uno de los títulos más vendidos y reservados por los clientes en la librería, lo cual despertó mi interés. Aunque no se convirtió en uno de mis favoritos, fue una lectura interesante y me permitió entender por qué ha sido tan popular entre el público.
⭐⭐
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